miércoles, 3 de agosto de 2016

Miércoles: EN EL FONDO DEL MAR (Isaías 1:18)

EN EL FONDO DEL MAR 

Isaías 1:18
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

El problema del hombre con Dios es el pecado. El dilema de nuestras vidas es que nuestras faltas no resisten la santidad de Dios.

No obstante esta diferencia aparentemente insalvable, "santidad VS pecado", la gracia de Dios es lo suficientemente eficaz como para perdonar el más negro de nuestros pecados.

Satanás quiere que persistamos en seguir pecando y para eso hace que pensemos que hay pecados que Dios no tiene la capacidad de perdonarnos, con la única finalidad de que no confiemos en la eficacia del sacrificio perfecto de Jesucristo o para que parezca incompleto; y veamos la reconciliación como algo inalcanzable.

Y es que en el perdón se requiere de un movimiento (veníd pues...) y hacerlo con una actitud de rendición (... y estemos a cuenta...) que consiste en una confesión seguida de un verdadero y profundo arrepentimiento.

La misericordia de Dios es tan poderosa que puede "blanquear" la iniquidad del más vil y desesperado pecador que venga humillado a los pies de Jesucristo. 

Cuando venimos a Él a traerle nuestra montaña de pecados Él promete tirarlos a la vastedad del más profundo mar para no recordarlos jamás y de donde nunca más surgirán para avergonzarnos. Su gracia somete nuestros pecados a un olvido sempiterno.

"El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.", Miqueas 7:19

¡Gracias Jesús por liberarme!

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E. Serrallés Sagalowitz 

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