DEMOS A CONOCER A DIOS
Hechos 17:16-33
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.
17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
Hay tres preguntas que todos necesitamos saber responder correctamente: ¿Quién es el único Dios verdadero? ¿Cómo es Él? ¿Es posible tener una relación personal con Él? A lo largo de toda la historia de la humanidad, un sinfín de personas de todas las naciones han sido inquietadas por estas preguntas.
Cuando el apóstol Pablo estuvo en Atenas, dio las respuestas a la gente al predicarles acerca de Jesús. Hoy día, los cristianos siguen dando a conocer a Jesús, porque la voluntad de Dios es que toda persona tenga la respuesta correcta a estas tres preguntas (1 Ti 2.3, 4). La necesidad es grande. Piense en cuántas personas están involucradas en el sinnúmero de religiones que hay en el mundo. La mayoría de ellas viven en temor, incertidumbre y tinieblas.
1 Ti 2.3, 4
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Imaginemos que entramos en una iglesia un domingo por la mañana, y que nos sentamos delante de una gigantesca estatua de bronce o de oro. Podemos cantar unas cuantas alabanzas, tomar luego una ofrenda y colocarla a los pies de la estatua. Después de cantar varias melodías, regresamos a nuestros hogares. ¿Qué nos llevaríamos de vuelta? ¿Qué seguridad podemos pretender? No habría gozo, ni paz, ni seguridad en cuanto a esta vida o a la futura, porque nos inclinamos ante algo sin vida e incapaz de escucharnos.
Nosotros, los creyentes, conocemos al Dios verdadero. Hay un mundo lleno de personas que anhelan conocer a Jesús, pero nunca han oído de Él. No se contente solamente con vivir su vida cristiana. Encuentre la manera de compartir su paz y su gozo con alguna otra persona.
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Ps. C. Stanley
Hechos 17:16-33
16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.
17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
Hay tres preguntas que todos necesitamos saber responder correctamente: ¿Quién es el único Dios verdadero? ¿Cómo es Él? ¿Es posible tener una relación personal con Él? A lo largo de toda la historia de la humanidad, un sinfín de personas de todas las naciones han sido inquietadas por estas preguntas.
Cuando el apóstol Pablo estuvo en Atenas, dio las respuestas a la gente al predicarles acerca de Jesús. Hoy día, los cristianos siguen dando a conocer a Jesús, porque la voluntad de Dios es que toda persona tenga la respuesta correcta a estas tres preguntas (1 Ti 2.3, 4). La necesidad es grande. Piense en cuántas personas están involucradas en el sinnúmero de religiones que hay en el mundo. La mayoría de ellas viven en temor, incertidumbre y tinieblas.
1 Ti 2.3, 4
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Imaginemos que entramos en una iglesia un domingo por la mañana, y que nos sentamos delante de una gigantesca estatua de bronce o de oro. Podemos cantar unas cuantas alabanzas, tomar luego una ofrenda y colocarla a los pies de la estatua. Después de cantar varias melodías, regresamos a nuestros hogares. ¿Qué nos llevaríamos de vuelta? ¿Qué seguridad podemos pretender? No habría gozo, ni paz, ni seguridad en cuanto a esta vida o a la futura, porque nos inclinamos ante algo sin vida e incapaz de escucharnos.
Nosotros, los creyentes, conocemos al Dios verdadero. Hay un mundo lleno de personas que anhelan conocer a Jesús, pero nunca han oído de Él. No se contente solamente con vivir su vida cristiana. Encuentre la manera de compartir su paz y su gozo con alguna otra persona.
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Ps. C. Stanley