lunes, 17 de octubre de 2016

Lunes: LA ACTIVIDAD DE DIOS (Salmos 66)

LA ACTIVIDAD DE DIOS

Salmo 66
1 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre. Selah
5 Venid, y ved las obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6 Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí en él nos alegramos.
7 El señorea con su poder para siempre; Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah
8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, Y haced oír la voz de su alabanza.
9 El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia.
13 Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah
16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17 A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Las huellas del Señor pueden detectarse a lo largo de la historia. A veces, su actividad es dramáticamente evidente, como cuando separó las aguas del mar Rojo, pero en otras ocasiones ella nos resulta imperceptible. Sin embargo, hay bendiciones para quienes desarrollan el discernimiento espiritual para ver lo que Dios está haciendo.

Las ideas preconcebidas acerca de cómo trabaja el Señor pueden impedirnos percibir su obra. Cuando Él responde nuestras oraciones, nos regocijamos y reconocemos fácilmente su intervención a favor nuestro. Pero, ¿qué pasa cuando no nos da lo que pedimos? Con frecuencia llegamos a la conclusión de que Él no está haciendo nada. El salmista reconoció que el Señor obra de varias maneras, a veces dando una gran liberación (Salmo 66.5, 6) y, otras, por medio de situaciones dolorosas (Salmo 66.10-12).

Otro problema que puede impedir que veamos la mano de Dios en nuestra vida es la falta de atención. Las exigencias de un estilo de vida agitado claman por nuestro tiempo y concentración, dejando poco espacio para momentos de quietud en su presencia. Sin períodos de meditación y oración, nuestro sentido espiritual se embota. Pero quien lee la Biblia con regularidad aprenderá a reconocer la actividad de Dios en su vida, porque Él actúa siempre de acuerdo con su Palabra. Los ojos enfocados en el Señor se abren a una nueva perspectiva. Su fe crecerá al comenzar a discernir la actividad de Dios en su vida. El gozo y la emoción de ver su participación en las cosas grandes y pequeñas, le motivará a alabarle y darle gracias, incluso en los momentos difíciles.

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Ps. C. Stanley

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