sábado, 1 de octubre de 2016

Sábado: RENDIR CUENTAS ES BÍBLICO (Santiago 5.13-16)

RENDIR CUENTAS ES BÍBLICO 
 
Santiago 5.13-16
13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.
14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.
16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Hay abundantes mandatos bíblicos en cuanto a rendirnos cuentas unos a otros. Pero, para muchos, la idea de revelar información personal parece negativa o incluso una invasión de la privacidad. Tal confesión parece ser un obstáculo para la búsqueda de placer, prosperidad y prestigio. La mayoría de las personas prefieren ser reservadas y no involucrar a nadie más en sus asuntos.

La Biblia, sin embargo, deja claro que los cristianos deben apoyarse y rendirse cuentas mutuamente: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados” (Stg 5.16).

La rendición de cuentas en el cuerpo de Cristo es un principio bíblico. Los miembros de la iglesia se sujetan a su pastor (“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.”, He 13.17). Pablo nos dice que nos sometamos unos a otros (“Someteos unos a otros en el temor de Dios.”, Ef 5.21). Sin embargo, él era responsable ante la iglesia (“Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.”, Hch 14.27), así como Timoteo estaba subordinado a él (1 Ti 4.13-16). Los apóstoles estaban, por supuesto, bajo la autoridad de Jesús (Lc 10), así como Jesús estaba sometido al Padre (Jn 8.28, 29). Y, lógicamente, la Biblia nos dice que toda la iglesia está sujeta al Señor Jesucristo (“Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.”, Ef 5.24). Sea cual sea la posición de una persona, todo el mundo es responsable ante alguien. Y esto es válido para toda la familia de la fe, desde la congregación hasta el Señor mismo, quien sirvió a Dios Padre.

1 Ti 4.13-16
13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.

Jn 8.28, 29
28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.

Las personas evitan rendir cuentas por diversas razones, entre ellas orgullo, ignorancia y temor. Esto es peligroso, pues nuestro enemigo conoce nuestras debilidades y sabe cómo explotarlas. Pero podemos vencer con el apoyo de nuestros hermanos en la fe. Hay poder en el cuerpo de Cristo.

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Ps. C. Stanley

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