EL PAPEL DE LOS IMPÍOS EN EL PLAN DE DIOS
Marcos 15
(ver texto al pie)
Con centenares de profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías, no debe sorprendernos que Dios haya utilizado a toda clase de personas para asegurarse de que la vida terrenal del Salvador se desarrollara conforme al plan. Por ejemplo, César Augusto ordenó un censo que llevó a José y María a Belén, la ciudad del nacimiento de Cristo ("Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.", Mi 5.2; Lc 2.1-4).
Lc 2.1-4
1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
Además, Dios utilizó a algunos de los hombres más poderosos de la época para que se produjera la muerte propiciatoria de su Hijo. Los cargos inventados por los fariseos y los saduceos ayudaron a que la gente se volviera contra Jesús (Mr 15.9-11). Pilato lo condenó, y los romanos llevaron a cabo la crucifixión; los cuales, incluso, echaron suertes sobre sus vestiduras, y decidieron no quebrar sus piernas, como había sido profetizado (Jn 19.24, 36).
Jn 19.24, 36
24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados.
36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.
Durante los días transcurridos entre la crucifixión y la resurrección, los discípulos debieron haber creído que el plan mesiánico se había frustrado. Pero el propósito de Dios no era producir una revolución política como algunos creían. Él envió a su Hijo para redimir a la humanidad.
Desde antes de la fundación del mundo, Dios había hecho planes para la salvación de cada tribu y nación. A lo largo de toda la historia, Él dirigió los acontecimientos para cumplir su propósito, utilizando aun a impíos para seguir adelante con su plan. Muchos tuvieron que ver con el desarrollo de la historia del Salvador, pero la responsabilidad final fue del Padre. Él entregó a su unigénito Hijo a favor de toda la humanidad por amor ("Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.", Jn 3.16). Tanto los justos como los inicuos estuvieron siguiendo el orden de eventos designados por Dios.
Marcos 15
Jesús ante Pilato
1 Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato.
2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
3 Y los principales sacerdotes le acusaban mucho.
4 Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.
5 Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.
Jesús sentenciado a muerte
6 Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.
7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.
8 Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho.
9 Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?
10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
11 Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás.
12 Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos?
13 Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale!
14 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale!
15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.
16 Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía.
17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas,
18 comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!
19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.
20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
Crucifixión y muerte de Jesús
21 Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz.
22 Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: Lugar de la Calavera.
23 Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
24 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno.
25 Era la hora tercera cuando le crucificaron.
26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS.
27 Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda.
28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos.
29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas,
30 sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz.
31 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban.
33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
38 Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.
40 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé,
41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Jesús es sepultado
42 Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo,
43 José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús.
44 Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.
45 E informado por el centurión, dio el cuerpo a José,
46 el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.
47 Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían.