lunes, 25 de abril de 2016

Lunes: ¿QUÉ HARÁ USTED CON JESÚS? (Juan 10.22-30)

¿QUÉ HARÁ USTED CON JESÚS?

Juan 10.22-30
22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno,
23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.
25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
30 Yo y el Padre uno somos.
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.
32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?

Jesús es el personaje más importante y controversial que ha existido. Su nombre despierta el odio más grande en algunas personas, y una profunda devoción en otras.

Jesús dijo ser el Hijo de Dios, y por ello toda persona tiene que decidir qué hará con Él. Jesús no nos dejó la opción de ignorarlo o de lavarnos las manos en el asunto. Hay solo dos opciones: creer en Él o rechazarle. El rechazo acarreará condenación y la separación eterna de Dios ("El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.", Jn 3.18), pero Jesús promete vida eterna a quienes pongan su fe en Él.

El creyente tendrá también que decidir qué hará con Jesús después de ser salvo. La fe en Él no es solo el camino a la vida eterna en el cielo; implica también nuestra manera de vivir. Si creemos en Jesús:

Le seguiremos. Las ovejas de Cristo oyen su voz y se someten a su dirección.

Le adoraremos. Al crecer en amor y fe hacia el Salvador, nuestra respuesta natural será adorarle y alabarle.

Le hablaremos a otros de él. Desearemos que todos conozcan este Dios maravilloso que rescató y transformó nuestra vida.

Le esperaremos con ansias. Estar con Jesús cara a cara es nuestro mayor gozo y esperanza. Esta vida es apenas un soplo en comparación con el tiempo que pasaremos con el Señor en la eternidad.

Si usted nunca ha tomado una decisión en cuanto al Señor Jesucristo, ahora es el mejor momento de hacerlo. Y si ya es su seguidor, busque hoy las maneras de demostrar su fe en Él. Esté preparado y alerta para aprovechar todas las oportunidades de obedecerle, adorarle y anunciar las buenas nuevas del evangelio con otros.

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