sábado, 31 de octubre de 2015

Sábado: CUANDO LOS DEMÁS NOS FALLAN (Mateo 18.21-35)

CUANDO LOS DEMÁS NOS FALLAN

Mateo 18.21-35
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos
25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Usted está en una situación difícil, y sus amigos han desaparecido. Ahora el dolor es peor porque está sufriendo solo.

¿Por qué le abandonaron? Hay muchas razones posibles. Por ejemplo, puede ser porque no se sintieron competentes para ayudarle. O tal vez no pudieron soportar verle sufrir. Pero quizás algunos tenían en mente sus propios intereses, y tuvieron temor de caer en problemas parecidos o de involucrarse en una situación socialmente inaceptable.

Usted podría preguntarse cómo responderles. Cualquiera que haya sido la razón de su deserción, solo hay una respuesta bíblica adecuada —el perdón. La razón es que, como personas que hemos sido perdonadas, nunca tendremos el derecho de dejar de perdonar.

Después de haber sido abandonado durante su encarcelamiento en Roma, Pablo escribió lo siguiente en cuanto a quienes lo habían desamparado: “No les sea tomado en cuenta” (2 Ti 4.16). En otras palabras, los perdonó. El apóstol probablemente recordó lo que sucedió cuando Esteban fue apedreado. Pablo había estado presente, después de todo, como uno de sus acusadores, y oído al moribundo clamar: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado” (Hch 7.60).

Pero es posible que Pablo tuviera en mente un acto de perdón mayor: la muerte expiatoria de Cristo y su actitud hacia sus verdugos. Jesús oró, diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23.34).

Porque Dios perdona de todos sus pecados a quienes se vuelven a Él, no tenemos el derecho de negar el perdón a nadie, y eso incluye, sin duda, a nuestros amigos. ¿Hay alguien a quien usted necesite perdonar? Si es así, hágalo hoy.



viernes, 30 de octubre de 2015

Viernes: MANTENER EL RUMBO (Proverbios 3.7-12)

MANTENER EL RUMBO

Proverbios 3.7-12
7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;
8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos;
10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección;
12 Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.

Recibimos muchas bendiciones cuando permanecemos en el camino de la justicia. La verdad divina nos libera del camino de pecado —la vida se enriquece cuando experimentamos el favor del Señor y recibimos su ayuda. Él irá delante de nosotros y despejará los obstáculos del camino. Revisemos nuestra brújula una vez más para asegurarnos de que estamos viajando hacia el norte.

Seguir el camino hacia la santidad requiere nuestra obediencia. Desde Génesis hasta Apocalipsis tenemos el mandamiento de obedecer al Señor, desprendernos de las filosofías humanas y aceptar la sabiduría de Dios. La Biblia nos dice que el principio de la sabiduría es el temor del Señor ("El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; Su loor permanece para siempre.", Sal 111.10). La obediencia y el sometimiento a su señorío traen sanidad y renovación. Nuestro Creador no nos diseñó para vivir con ira, amargura o resentimiento. Muchas veces, acumular estas emociones llega a causarnos daño físico. Pero si le entregamos esos sentimientos, Él nos restaurará.

Nuestra brújula también nos dirige a demostrar reverencia a Dios. Por ejemplo, cuando le honramos con nuestras finanzas, lo cual puede ser difícil pues significa permitir que Dios nos dicte cómo gastar nuestro dinero. Sin embargo, Él promete que esa renuncia dará lugar a la bendición, ya que no solo suplirá nuestras necesidades, sino que también nos dará lo suficiente para compartir con los demás. Cuando aceptamos la dirección de Dios, Él nos mantiene en el camino de la justicia. El Padre celestial da los pasos necesarios para corregir nuestros errores como señal de nuestra relación familiar con Él, y como demostración de su amor.



jueves, 29 de octubre de 2015

Jueves: LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE (2 Pedro 1.3, 4)

LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE

2 Pedro 1.3, 4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

Las promesas de Dios son preciosas. No solamente nos recuerdan su interés en nosotros, sino también nos dan esperanza y aliento en los momentos difíciles. Pero antes de apropiarnos de una promesa, debemos examinarnos en tres categorías: fe, obediencia y paciencia.

Primero, debemos poner la fe en Cristo como nuestro Salvador personal y vivir de acuerdo a nuestra fe en Él. Obedecer a Dios también es necesario. Si seguimos desobedeciendo al Señor voluntariamente, Él no estará obligado a cumplir su promesa ("12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.", 1 P 3.12). Por último, la paciencia es otro requisito. Dios actúa según su calendario para lograr sus propósitos, conforme a su plan perfecto. Esperar en Él es necesario.

A veces, parecerá como si alguna promesa divina no se está cumpliendo. En ese caso, eche una segunda mirada al pasaje bíblico para asegurarse de que se aplica a usted. Después, compruebe que ha llenado todos los requisitos, y considere si hay una necesidad verdadera. Si tiene todavía el convencimiento de que la promesa se aplica a usted, entonces puede profundizar un poco más en la petición. ¿Será honrado el Señor cuando se cumpla esta promesa? ¿Puede Él responder esta oración sin que resulten afectadas otras personas, o estorbar la voluntad de Él para sus vidas? ¿Me ayudará esto a crecer espiritualmente? Estas preguntas le ayudarán a orar adecuadamente.

El Espíritu Santo es nuestro maestro que nos enseñará las promesas del Señor Jesucristo. Él quiere edificar nuestra fe por medio de la Biblia, darnos el aliento necesario para obedecer, y desarrollar en nosotros el fruto de la paciencia.

Jueves: LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE (2 Pedro 1.3, 4)

miércoles, 28 de octubre de 2015

Miércoles: LAS PROMESAS DE DIOS (Hebreos 10.22, 23)

LAS PROMESAS DE DIOS

Hebreos 10.22, 23
22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.

Nuestro Padre celestial ha hecho muchas promesas en la Biblia. Pero hay cierta confusión entre los cristianos en torno a cuáles versículos las mencionan. Hay tres preguntas prácticas para juzgar cuáles de esas promesas se aplican a nuestra situación.

1. ¿Está limitada la promesa a una persona o circunstancia específica, o se aplica a todos los creyentes? Por ejemplo, la promesa hecha a Abraham y a Sara acerca de tener un hijo ("Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.", Gn 18.10) fue específicamente para ellos, mientras que Hebreos 13.5 contiene la garantía para todos los cristianos de que Jesús estará con ellos para siempre.
Hebreos 13.5
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;

2. ¿Estamos pidiéndole al Señor que satisfaga una necesidad o un deseo? Una necesidad es aquello que nos hace falta para que Dios realice su obra en nuestra vida. Un deseo es algo que queremos para nuestro disfrute o satisfacción. Si perdemos el trabajo, entonces está faltando algo esencial: un ingreso. Pero si queremos tener un nuevo cargo por razones personales, eso es un deseo.

3. Antes de cumplir una promesa, ¿requiere el Señor alguna acción de nuestra parte? Proverbios 3.5, 6 es una promesa condicional que garantiza la dirección de Dios al confiar en Él. En cambio, la promesa de la presencia de Jesús (He 13.5) es incondicional; no depende de nada que hagamos ("enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.", Mt 28.20).
Proverbios 3.5, 6
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Al analizar la Biblia con base en estas preguntas, sabremos cuáles promesas se aplican a nuestra situación, y qué confianza tendremos para pedir a nuestro Señor que las haga realidad. Porque, como dice 2 Corintios 1.20: “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.”.




martes, 27 de octubre de 2015

Martes: EL MILAGRO DE LA GRACIA (Romanos 5.15-17)

EL MILAGRO DE LA GRACIA

Romanos 5.15-17
15 Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo.
16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

Pablo escribió extensamente acerca de la gracia, el favor de Dios dado a quienes no lo merecen. A todos los lugares que iba, hablaba del evangelio de la gracia ("Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.", Hch 20.24). Pablo conocía por experiencia personal el poder que tiene el pecado para controlar y también la libertad que se logra por fe en Cristo. Se describió como el peor de los pecadores, porque persiguió y encarceló a muchos creyentes antes de su experiencia de conversión ("Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.", 1 Ti 1.15).

Después que aceptamos la muerte de Cristo a nuestro favor, el castigo por nuestro pecado se considera pagado y su poder sobre nosotros destruido. Nos volvemos vivos espiritualmente por el Espíritu Santo que habita en nosotros. Además, se nos da una nueva familia y un propósito para vivir. La Biblia compara nuestra experiencia de conversión con un trasplante de corazón ("Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.", Ez 36.26, "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.", 2 Co 5.17), un cambio de ciudadanía ("Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;", Fil 3.20), y la mudanza a una nueva patria ("el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,", Col 1.13).

Pablo exhorta a todos los creyentes a perseverar en la gracia de Dios ("Y despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablándoles, les persuadían a que perseverasen en la gracia de Dios.", Hch 13.43; "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;", Ef 2.8). Así como tuvimos que confiar en la muerte vicaria de Cristo para nuestra salvación, debemos tener una vida de dependencia de Él. Es nuestra fe, expresada a través de la obediencia, lo que agrada a Dios ("Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.", He 11.6).

La gracia es la fuerza más poderosa y más transformadora que hay en el mundo. Dios ofrece su amor incondicional a toda persona que recibe a su Hijo. Desde el momento en que somos salvos, nuestra vida es puesta sobre la Roca inamovible que es Cristo ("y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.", 1 Co 10.4), y su favor nos es impartido.





lunes, 26 de octubre de 2015

Lunes: LA GRACIA: NUESTRA SEGUNDA OPORTUNIDAD (Romanos 5.1-6)

LA GRACIA: NUESTRA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Romanos 5.1-6
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;
5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

La Escritura pinta un panorama sombrío de la humanidad: está muerta en pecados, bajo la ira de Dios y sujeta a la separación eterna de Él (Ef 2.1-3). Pero, por medio de la cruz de Cristo, el Señor nos da una segunda oportunidad de tener una relación estrecha con Él. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Él derrama su amor incondicional —su gracia— sobre nosotros.
Ef 2.1-3
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Por su gracia, hemos sido justificados por fe. La justificación es la declaración de Dios de que no somos culpables ante sus ojos. Cuando recibimos la salvación, la muerte de Jesús en la cruz es contada como pago por nuestros pecados. Toda nuestra desobediencia —pasada, presente y futura— es totalmente perdonada.

El medio para obtener esta gracia es fe genuina en Jesucristo. ¿Cómo es esta fe? Es la fe que acepta el veredicto del Señor de que somos pecadores; de que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y de que necesitamos un Salvador. Es una fe que cree que Jesús pagó por nuestros pecados con su muerte; que Dios aceptó su pago a nuestro favor, y que somos perdonados y hechos miembros de su familia. Si tenemos fe genuina, le daremos nuestra lealtad y le serviremos de corazón.

La gracia también nos da paz con el Señor. Antes de ser salva, la persona era su enemiga y estaba bajo sentencia de muerte eterna. Pero, después de poner su fe en Cristo, es adoptada en la familia de Dios y tiene su favor para siempre.

Por gracia se nos ha dado una segunda oportunidad. En vez del castigo eterno que merecíamos, hemos recibido aceptación por la fe en Cristo ("Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.", Ro 15.7) y hechos miembros de la familia de Dios ("Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!", Ro 8.15).



domingo, 25 de octubre de 2015

Domingo: LA GRANDEZA DE DIOS (Isaías 40.12-31)

LA GRANDEZA DE DIOS

Isaías 40.12-31
12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?
13 ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?
14 ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?
15 He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.
16 Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio.
17 Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es.
18 ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?
19 El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata.
20 El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva.
21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?
22 El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.
23 El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.
24 Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.
25 ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.
26 Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.
27 ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Si usted le pregunta a un grupo de personas cómo es Dios, recibirá muchas respuestas diferentes. Algunos dirán que es una fuerza en algún lugar del cosmos, mientras que otros lo describirán como un tipo de abuelo benévolo que pasa por alto los “pecados pequeños”. La mayoría de las veces, la descripción dada revelará más acerca de quién habla que de Dios. En realidad, el Dios verdadero podría sorprenderle.

Cuando el Padre celestial se revela en las Sagradas Escrituras, una palabra que nunca se utiliza cuando se hace referencia a Él es la forma impersonal “ello”, que se usa para aludir a una cosa. Dios es una persona. En todas las referencias, se le da un nombre (Jehová, Elohim, Señor), o es mencionado con un pronombre masculino (Él). Tiene todos los atributos de una persona: inteligencia para razonar, emociones para sentir y voluntad para tomar decisiones. Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios muestra estas características.

La Biblia también habla de la inmutabilidad de Dios. Seamos claros en lo que esto significa: la naturaleza y el carácter del Señor jamás cambian —Él siempre es Espíritu y su amor se mantiene constante. Todos podemos tener la seguridad de que las leyes y los principios de Dios seguirán siendo ciertos, y de que Él actuará exactamente como lo ha prometido. Aunque sí ajusta sus emociones para adecuarlas a una situación, su complacencia, ira y demás sentimientos son matices de su ser, no características nuevas.

Dios es eterno, no tiene principio ni fin. Es el mismo ayer, hoy y siempre. Nadie le creó; Dios simplemente es. Si queremos honrar al Padre, debemos conocerle como es realmente —eterno e inmutable.



sábado, 24 de octubre de 2015

Sábado: NUESTRA SEGURIDAD ECONÓMICA (2 Corintios 8.1-7)

NUESTRA SEGURIDAD ECONÓMICA

2 Corintios 8.1-7
1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia;
2 que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad.
3 Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas,
4 pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.
5 Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios;
6 de manera que exhortamos a Tito para que tal como comenzó antes, asimismo acabe también entre vosotros esta obra de gracia.
7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en ciencia, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia.

Dar es una cualidad que se aprende, no es innata en nosotros. Observe lo que hacen los niños: se pelean por el pedazo más grande de pastel y por los juguetes. Como adultos, también luchamos cuando se trata de nuestras finanzas. Exigimos tener nuestra “parte justa” y guardar lo que es nuestro. Las decisiones que tomamos en relación con nuestro dinero —la cantidad que conservaremos y lo que daremos— con frecuencia revelan dónde ponemos nuestra confianza.

Dios llama a los creyentes a ser generosos. Nos dice que encontremos la seguridad en nuestra relación con Él, no en nuestro patrimonio. ¿Por qué razón? Porque la mayoría de nosotros sentimos que no tenemos suficiente, no importa lo mucho que tengamos. Asimismo, cuando nos enfocamos en el dinero, abrimos la puerta a la incertidumbre y ansiedad. ¿Qué pasa si perdemos nuestro trabajo, si no recibimos el ascenso, o si nos enfermamos por un tiempo prolongado? Cuando nuestras finanzas sufren, nuestra sensación de seguridad disminuye.

Pero si nuestra seguridad permanece en la relación que tenemos con Dios por medio de Cristo, estaremos agradecidos por lo que tenemos, y le confiaremos nuestro futuro. Mantendremos las finanzas en su perspectiva adecuada, pues nos han sido dadas por Dios para ser utilizadas en sus propósitos, no los nuestros.

Uno de los propósitos de Dios es que apoyemos la iglesia local. ¿Qué tan generosamente da usted a su congregación? ¿Busca más oportunidades para dar? ¿Tiene una actitud positiva cuando escucha peticiones de dinero? Permita que su modo de dar revele que ha puesto su seguridad en Dios.


viernes, 23 de octubre de 2015

Viernes: ENAMORARSE DE JESÚS (Salmo 63)

ENAMORARSE DE JESÚS

Salmo 63
1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.
5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.
9 Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra.
10 Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales.
11 Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Cuando nos enamoramos, queremos pasar tiempo con la persona a la que amamos y darle voluntariamente nuestra atención. Enamorarse de Jesús no debiera ser diferente, pero a menudo leemos la Biblia y oramos de manera apresurada. El resultado es una fe superficial que se mantiene viva por el hábito en vez de la adoración. Para lograr una intimidad permanente con Dios, tenemos que acercarnos a Él con intencionalidad y determinación.

Propósito: “Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios”, aconsejó David a los líderes de Israel (1 Cr 22.19). Los creyentes deben elegir entre obedecer a Dios o ir tras los ídolos. Si deseamos tener cercanía con Él, es necesario que abordemos las disciplinas espirituales de una manera deliberada. Antes de abrir la Biblia, pregúntele al Señor qué quiere decirle, ore para entender su voluntad y vaya a la iglesia con la intención de aprender una verdad nueva acerca de Él.

Determinación: “En verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia” dijo Isaías a Jehová (Is 26.9). Pero aun cuando no tengamos ganas de dedicarle tiempo a Cristo, debemos decidir hacerlo. Quienes buscan diligentemente al Salvador, experimentan su presencia con frecuencia en la adoración a Él.

Conocer a Jesús trae gozo genuino a la vida del creyente. Pero, debemos estar dispuestos a darle todo el tiempo que sea necesario, no los minutos de sobra. Dar a Dios atención y pasar tiempo con Él es una manera de demostrarle que lo amamos. Dios nos da lo mejor que tiene; nosotros debemos hacer lo mismo.



jueves, 22 de octubre de 2015

Jueves: EL MEJOR AMIGO QUE LLEGARÁ A TENER (Cantar de los Cantares 5.16)

EL MEJOR AMIGO QUE LLEGARÁ A TENER

Cantar de los Cantares 5.16
16 Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh doncellas de Jerusalén.

Muchos estamos familiarizados con el himno “¡Oh Qué Amigo Nos Es Cristo!” (1). Todos estamos de acuerdo en que el Salvador es un gran amigo, pero pocos tenemos un conocimiento exhaustivo de la altura y la profundidad de su amistad. Consideremos algunas características de Cristo como amigo.

Se ha comprometido a ser nuestro amigo toda la vida. En realidad, este compromiso va más allá de esta vida, es por toda la eternidad. Él nunca nos dejará, no importa lo que hagamos. Y aunque en la vida es inevitable que tengamos decepciones, el Señor nunca nos defraudará.

Es accesible y transparente en todo momento. El Señor Jesús nos enseñará todo lo que queramos saber de Él a medida que le busquemos. El Señor no esconderá nada de nosotros que necesitemos saber de Él.

Nos renueva su amorosa invitación cada día. Sabe cómo responder a nuestros anhelos más profundos, y es sensible a nuestros deseos y a nuestras necesidades.

Es un oyente atento y reconfortante que nunca interrumpe ni se apresura a criticar. Presta atención plena a nuestras peticiones. Sus ojos están tan tiernamente fijos en nosotros, que su corazón oye exactamente lo que estamos diciendo.

¿Qué clase de amigo es Jesús? Juan 15.13 responde esta pregunta: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. Porque Él se dio a sí mismo por todas las personas, nosotros, como sus seguidores, podemos darnos por unos pocos. ¿Quién en su círculo más cercano necesita el sacrificio de su tiempo o su atención?

(1) = Himno: ¡Oh que amigo nos es Cristo!

https://m.youtube.com/watch?v=ki5gSRYn9aQ
https://m.youtube.com/watch?v=NwXJCbICYWw

Oh qué amigo nos es Cristo
¡Oh, qué amigo nos es Cristo!
El llevó nuestro dolor,
Y nos manda que llevemos
Todo a Dios en oración.
¿Vive el hombre desprovisto
De paz, gozo y santo amor?
Esto es porque no llevamos
Todo a Dios en oración.

¿Vives débil y cargado
De cuidados y temor?
A Jesús, refugio eterno,
Dile todo en oración.
¿Te desprecian tus amigos?
Cuéntaselo en oración;
En sus brazos de amor tierno
Paz tendrá tu corazón.

Jesucristo es nuestro amigo,
De esto prueba nos mostró,
Pues sufrió el cruel castigo
Que el culpable mereció.
El castigo de su pueblo
En su muerte El sufrió;
Cristo es un amigo eterno,
¡Sólo en El confío yo!



miércoles, 21 de octubre de 2015

Miércoles: UNA ORACIÓN PARA TODOS (Colosenses 1.9-14)

UNA ORACIÓN PARA TODOS

Colosenses 1.9-14
9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Si alguna vez ha estado confundido en cuanto a cómo debe interceder por alguien, la oración de Pablo en Colosenses es apropiada para toda persona y situación. Debido a que ella encaja a la perfección con la voluntad de Dios, usted puede hacer uso de estas peticiones con mucha confianza, tanto a favor suyo como de los demás: 
Ser llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. No solamente necesitamos conocer el plan de Dios para nuestra vida; también se requiere discernimiento para distinguir su voz.
Andar como es digno del Señor, agradándole en todo. Nuestra vida debe tener como modelo a Aquel que seguimos, para agradarle y darle gloria. 
Llevar fruto en toda buena obra. En vez de encerrarnos en nuestro trabajo, posesiones, placeres y planes, debemos contribuir para el bien de los demás. 
Crecer en el conocimiento de Dios. Al leer su Palabra, aplicarla a nuestra vida y obedecer sus caminos, tendremos una compresión más profunda del Señor. 
Fortalecidos con todo poder, para mantenernos firmes. Solo con el poder del Espíritu Santo es posible vivir de la manera que le agrada a Dios. 
Dar gracias con gozo al Padre por todo lo que ha hecho por nosotros. Los creyentes debemos caracterizarnos por el gozo y la gratitud.
A menudo, centramos nuestras peticiones en necesidades temporales y dejamos de ver la obra espiritual que Dios quiere realizar. Sus oraciones serán efectivas si cambia el énfasis de las peticiones y se enfoca en los deseos del Señor; de esa manera, Él le transformará a usted y a las personas por quienes interceda.


martes, 20 de octubre de 2015

Martes: PARA ORAR E IMPACTAR (1 Juan 5.14, 15)

PARA ORAR E IMPACTAR

1 Juan 5.14, 15
14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.
15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

Dado que la oración es una práctica común de los creyentes, es fácil con el tiempo caer en hábitos que dan como resultado una vida de oración apática y vacía. En vez de tener una conversación dinámica con peticiones bien pensadas, y un oído activo a la respuesta de Dios, nuestras oraciones pueden parecerse más a una lista de compras. La comunicación con el Señor es una parte muy vital de la vida cristiana, y por eso necesitamos examinar lo que estamos haciendo. Comience por hacerse las siguientes preguntas:

¿Qué tan efectivas son mis oraciones? ¿Está Dios respondiendo sus oraciones?
¿Por quiénes estoy orando? ¿Son la mayoría de sus peticiones por usted, o por los demás?
¿Qué le pido al Señor que haga? ¿Ha buscado en su Palabra lo que Él quiere, o está tratando de que intervenga de acuerdo con sus planes? ¿Cuándo oro? ¿Solamente en situaciones de emergencia, o cuando necesita algo?

Si descubrió algún egoísmo en sus oraciones, no es la única persona. Muchos tenemos problemas para entrar en la presencia de Dios con nuestros ojos centrados en Él. La única manera para orar con impacto se consigue llenando nuestra mente con la Palabra de Dios para así conocer la voluntad del Señor.

Su vida de oración puede llegar a ser efectiva y dinámica si se acerca a Dios con un corazón limpio ("Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado.", Sal 66.18), alinea sus peticiones con la voluntad del Señor, y cree que Él hará lo que dice ("Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.", Mr 11.24). Entonces podrá orar con absoluta confianza, sabiendo que Él escuchará y responderá sus oraciones.


lunes, 19 de octubre de 2015

Lunes: LA ORACIÓN: UN AHORRO DE TIEMPO (Salmo 143.5-12)

LA ORACIÓN: UN AHORRO DE TIEMPO

Salmo 143.5-12
5 Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos.
6 Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah
7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
8 Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.
9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio.
10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.
12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y destruirás a todos los adversarios de mi alma, Porque yo soy tu siervo.

¿En qué piensa usted cuando se despierta? ¿Enfoca sus pensamientos en el día que tiene por delante, o se centra en el Señor? Aunque la mayoría de nosotros tiene una vida ocupada que consume gran parte de nuestra atención y de nuestro tiempo, lo más importante y lo que más nos ahorra tiempo en el día es el tiempo que pasamos a solas con Dios.

Sin embargo, muchos creyentes viven tan apresurados que no piensan que hay tiempo suficiente para el Señor. Saltan de inmediato a la rutina del día a día, y después se preguntan por qué están tan frustrados, confundidos e insatisfechos. Aunque su deseo sea obedecer a Dios, no se han detenido para recibir sus instrucciones. Nadie puede mantener una relación estrecha con Cristo sin una comunicación diaria con Él.

Tal vez el problema es nuestra lógica humana. Creemos que pasar tiempo leyendo la Biblia cada mañana nos quitará tiempo y productividad. Sin embargo, cuando buscamos la dirección y la sabiduría de Cristo para el día y lo invitamos a tomar el control de nuestra vida, Él logrará más por medio de nosotros de lo que sería posible que hiciéramos con nuestro esfuerzo. Nos dará la sabiduría para tomar buenas decisiones, aumentará nuestras fuerzas y nos librará de la ansiedad.          

¿Está usted demasiado ocupado para buscar del Señor? Si es así, se está negando la bendición de tener una relación diaria y personal con Cristo. Si aparta tiempo para Él, recibirá su paz y su gozo, le guiará en sus decisiones, le dará sabiduría y poder para obedecer, le volverá más productivo, y le confortará con su amor.



domingo, 18 de octubre de 2015

Domingo: EL PROBLEMA DE LA PEREZA (Proverbios 6.9-11)

Sábado: EL PROBLEMA DE LA PEREZA

Proverbios 6.9-11
9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo;
11 Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado.

El libro de Proverbios habla mucho de los perezosos. Los considera unos haraganes que no piensan más allá del día presente (20.4), que se engañan considerándose sabios (26.16), y que van rumbo a la pobreza.
Pr. 20:4 El perezoso no ara a causa del invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará.
Pr. 26:16 En su propia opinión el perezoso es más sabio Que siete que sepan aconsejar.

Cuando las personas desarrollan el hábito de la pereza, tienden a dar excusas tales como: “Estaba muy cansado”, “no tuve tiempo” o “no pensé que era necesario”. Evitarán hacer algo que no les guste, aunque sea su responsabilidad, y harán solo lo que les complazca. Lamentablemente, las personas que actúan así tienen problemas para ver con claridad lo que están haciendo mal, y rechazarán cualquier crítica (26.16). Aunque pueden pensar que su egocentrismo pasará desapercibido por los demás, en realidad será evidente para todo el mundo.

Las personas pueden engañarse a sí mismas, pero Dios, que ve las malas actitudes y la negligencia, no se complace con las cosas mal hechas. Él nos ha dado trabajo para hacer, y espera que lo hagamos con esmero. El Señor sabe que las consecuencias de la pereza son serias: en el trabajo serán las críticas, el sometimiento a períodos de prueba, e incluso el despido; en el hogar, las palabras ásperas podrán añadir tensión a la atmósfera a medida que crezca la frustración; y los hijos podrían imitar los indeseables hábitos de trabajo de sus padres.

Si usted es ya un trabajador disciplinado que tiene que interactuar con personas que no lo son, siga agradando al Señor siendo productivo en lo que haga, y enséñeles por medio de su buen ejemplo. Además, pídale que le dé paciencia (Gá 5.22), y sea un reflejo de Cristo para quienes le rodeen.
Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

sábado, 17 de octubre de 2015

Sábado: DIOS HABLA POR MEDIO DE LA INQUIETUD (Ester 6.1-11)

DIOS HABLA POR MEDIO DE LA INQUIETUD

Ester 6.1-11
1 Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia.
2 Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado poner mano en el rey Asuero.
3 Y dijo el rey: ¿Qué honra o qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.
4 Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.
5 Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Que entre.
6 Entró, pues, Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?
7 Y respondió Amán al rey: Para el varón cuya honra desea el rey,
8 traigan el vestido real de que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la corona real que está puesta en su cabeza;
9 y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
10 Entonces el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho.
11 Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.

Sábado 17 de octubre de 2015

Cuando estamos demasiado preocupados para escuchar la voz de Dios, Él suele captar nuestra atención dándonos un espíritu de inquietud. El libro de Ester nos da un excelente ejemplo de esto.

En el capítulo 6, vemos que al rey Asuero “aquella misma noche se le fue el sueño. . . y dijo que le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran en su presencia” (v. 1). Como resultado, Asuero se enteró de que un intento de asesinato contra él había sido frustrado por un hombre llamado Mardoqueo. Lleno de gratitud por este acto de lealtad y servicio, el gobernante hizo planes para honrar a Mardoqueo.

Sin embargo, lo que Asuero no podía haber sabido, es que este héroe había sido señalado por Amán, uno de los asesores reales, para darle muerte. Amán no solo había conspirado para colgar a Mardoqueo el judío (5.14); también había planificado el exterminio de toda la población judía.
Ester 5:14 Y le dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.

Pero, gracias a la intervención del rey, Mardoqueo y todos los judíos se salvaron. Ahora bien, ¿qué dio inicio a este proceso? Fue una noche de inquietud. Asuero no sabía por qué no podía dormir, pero nosotros sabemos que el insomnio del rey se debía a que Dios estaba tratando de captar su atención. El Señor tenía algo importante que decirle a Asuero, y su manera de comunicarse con él era por medio de una desagradable noche de insomnio.

¿Cuántas veces le ha sucedido esto a usted? Está dedicado a su trabajo y a sus actividades, pero sobre usted parece haber una inquietud que lo mantiene despierto en las noches. En esos momentos, arrodíllese y ore, diciendo: “Señor, ¿qué quieres decirme?”


viernes, 16 de octubre de 2015

Viernes: CÓMO DEFENDERSE DE LA TENTACIÓN Santiago 1.12-16

CÓMO DEFENDERSE DE LA TENTACIÓN

Santiago 1.12-16

12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. 
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; 
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 
16 Amados hermanos míos, no erréis.

VIERNES 10 DE OCTUBRE DE 2015

Los creyentes sabios deciden con antelación resistir la tentación, antes de que ella entre en su conciencia. Hay dos puntos de apoyo para una buena defensa: el compromiso de obedecer a Dios, y el reconocimiento de que Él tiene el control y ha limitado lo que Satanás puede hacer (1 Co 10.13).
1 Corintios 10:13
13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.

De la misma manera podemos mantenernos firmes cuando la tentación deja de ser una fantasía. Satanás tiene la forma de llamar la atención al placer del pecado hasta que eso sea lo único que veamos. Pero con un esfuerzo consciente podemos ver todo el panorama: ¿Es esta decisión una violación de la Palabra de Dios? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Estoy dispuesto a pagar ese precio?

Ninguna defensa contra la tentación está completa sin el estudio de la Biblia y la oración, pues ellas edifican nuestra fe. Si el baluarte alrededor de nuestra mente y de nuestro corazón se fortalece, estaremos más que preparados para apagar los dardos de fuego de Satanás.

jueves, 15 de octubre de 2015

Jueves: Aliento divino en momentos difíciles (Jueces 7.8-25)

Aliento divino en momentos difíciles

Leer | Jueces 7.8-25
Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle. 
Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. 
10 Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, 
11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. 
12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud. 
13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 
14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. 
15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. 
16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 
17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 
18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón! 
19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 
20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! 
21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 
22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. 
23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas. 
24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. 
25 Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.
Jueves 15 de octubre de 2015
Ayer leímos la manera como Dios redujo el ejército de Gedeón, de 32.000 a solo 300 hombres, antes de una importante batalla. Hoy veremos lo que pasó después.
Gedeón, sin duda, se sentía ansioso. Iba a atacar a un campamento enemigo de más de 130.000 soldados con solo un puñado de hombres. Pero en este aterrador momento, Dios le dio a Gedeón lo que más necesitaba: aliento.
Dios despertó a Gedeón en medio de la noche, y lo puso en un lugar estratégico para que oyera a un soldado enemigo contar un sueño terrible —¡una visión de la victoria de los israelitas! Esta increíble circunstancia le aseguró a Gedeón que el Señor estaba actuando en su difícil situación. Dios utilizó ese incidente para demostrar su sensibilidad ante el temor de un hombre.
Piense en cuán poderosas son las palabras de aliento de un amigo. Son como una bendición inesperada que nos cae del cielo justamente en el momento más difícil. No se trata de un “afortunado accidente”, sino de palabras preciosas creadoras de confianza, venidas de parte de Dios.
El desafío que tenemos es sencillamente recordar las veces que nuestro amoroso Padre celestial nos dio aliento en el pasado. Confiando en la evidencia de su fidelidad, podemos enfrentar el futuro con valentía, sabiendo que no estamos solos.
Como habitantes de un mundo caído, a veces enfrentaremos angustias, temores y obstáculos al parecer insuperables. Pero, como hijos de Dios, salvados por Jesucristo y seguros en Él, nunca estamos más allá del aliento que nos da el Señor.