viernes, 23 de octubre de 2015

Viernes: ENAMORARSE DE JESÚS (Salmo 63)

ENAMORARSE DE JESÚS

Salmo 63
1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,
2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario.
3 Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
4 Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.
5 Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
6 Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.
9 Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra.
10 Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales.
11 Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Cuando nos enamoramos, queremos pasar tiempo con la persona a la que amamos y darle voluntariamente nuestra atención. Enamorarse de Jesús no debiera ser diferente, pero a menudo leemos la Biblia y oramos de manera apresurada. El resultado es una fe superficial que se mantiene viva por el hábito en vez de la adoración. Para lograr una intimidad permanente con Dios, tenemos que acercarnos a Él con intencionalidad y determinación.

Propósito: “Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios”, aconsejó David a los líderes de Israel (1 Cr 22.19). Los creyentes deben elegir entre obedecer a Dios o ir tras los ídolos. Si deseamos tener cercanía con Él, es necesario que abordemos las disciplinas espirituales de una manera deliberada. Antes de abrir la Biblia, pregúntele al Señor qué quiere decirle, ore para entender su voluntad y vaya a la iglesia con la intención de aprender una verdad nueva acerca de Él.

Determinación: “En verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia” dijo Isaías a Jehová (Is 26.9). Pero aun cuando no tengamos ganas de dedicarle tiempo a Cristo, debemos decidir hacerlo. Quienes buscan diligentemente al Salvador, experimentan su presencia con frecuencia en la adoración a Él.

Conocer a Jesús trae gozo genuino a la vida del creyente. Pero, debemos estar dispuestos a darle todo el tiempo que sea necesario, no los minutos de sobra. Dar a Dios atención y pasar tiempo con Él es una manera de demostrarle que lo amamos. Dios nos da lo mejor que tiene; nosotros debemos hacer lo mismo.



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