jueves, 1 de octubre de 2015

Jueves: El propósito de la experiencia espiritual (Hebreos 11.17-19)

El propósito de la experiencia espiritual

17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito,
18 habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia;
19 pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.
Jueves 1ro de octubre de 2015
El Señor no nos da experiencias espirituales extraordinarias para presumir de ellas, o presenciar algo maravilloso. Por el contrario, las utiliza para avivar una fe genuina. Son parte de un proceso único para ayudarnos a crecer como discípulos del Señor Jesús.
Dios nos da vivencias espirituales por varias razones: para darse a conocer de una manera nueva; para prepararnos para el valle de sombras; y, finalmente, para enseñarnos obediencia. Las lecciones que aprendemos de Él en esos momentos tienen el propósito de ayudarnos a perseverar en tiempos de dificultad.
Lo cual significa que cuando el Señor nos da un destello de su gloria, podemos esperar ser probados más adelante hasta que la prueba se convierta en victoria en nuestra vida. Cada discípulo tiene que ser puesto a prueba, y los que obedecen traen honra al nombre de Dios.
Un encuentro espiritual excepcional con Jesucristo tiene el propósito de estimular nuestro crecimiento, fortalecer nuestra relación con Dios y producir obediencia. También está concebido para mejorar nuestra motivación para servir al Señor con todo nuestro corazón, dándonos sin reservas para su obra y su gloria.
Atesore las cosas que Dios le enseña en su recinto de oración, durante los momentos de adoración, en un momento de devoción intensa, o cuando esté totalmente solo, escuchando al Señor y teniendo una conversación íntima con Él. Si usted le permite modelarle y guiarle por la senda de la obediencia, Él le conducirá a vivir experiencias aún mejores.



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