jueves, 29 de octubre de 2015

Jueves: LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE (2 Pedro 1.3, 4)

LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE

2 Pedro 1.3, 4
3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

Las promesas de Dios son preciosas. No solamente nos recuerdan su interés en nosotros, sino también nos dan esperanza y aliento en los momentos difíciles. Pero antes de apropiarnos de una promesa, debemos examinarnos en tres categorías: fe, obediencia y paciencia.

Primero, debemos poner la fe en Cristo como nuestro Salvador personal y vivir de acuerdo a nuestra fe en Él. Obedecer a Dios también es necesario. Si seguimos desobedeciendo al Señor voluntariamente, Él no estará obligado a cumplir su promesa ("12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.", 1 P 3.12). Por último, la paciencia es otro requisito. Dios actúa según su calendario para lograr sus propósitos, conforme a su plan perfecto. Esperar en Él es necesario.

A veces, parecerá como si alguna promesa divina no se está cumpliendo. En ese caso, eche una segunda mirada al pasaje bíblico para asegurarse de que se aplica a usted. Después, compruebe que ha llenado todos los requisitos, y considere si hay una necesidad verdadera. Si tiene todavía el convencimiento de que la promesa se aplica a usted, entonces puede profundizar un poco más en la petición. ¿Será honrado el Señor cuando se cumpla esta promesa? ¿Puede Él responder esta oración sin que resulten afectadas otras personas, o estorbar la voluntad de Él para sus vidas? ¿Me ayudará esto a crecer espiritualmente? Estas preguntas le ayudarán a orar adecuadamente.

El Espíritu Santo es nuestro maestro que nos enseñará las promesas del Señor Jesucristo. Él quiere edificar nuestra fe por medio de la Biblia, darnos el aliento necesario para obedecer, y desarrollar en nosotros el fruto de la paciencia.

Jueves: LAS PROMESAS DE DIOS FORTALECEN NUESTRA FE (2 Pedro 1.3, 4)

No hay comentarios:

Publicar un comentario