viernes, 7 de octubre de 2016

Viernes: CRISTO: LA CLAVE PARA EL CONTENTAMIENTO (Filipenses 4.6, 7)

CRISTO: LA CLAVE PARA EL CONTENTAMIENTO

Filipenses 4.6, 7
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Estando en prisión, Pablo escribió preciosas palabras sobre la suficiencia de Cristo. Tenemos la tendencia a relacionar la idea de contentamiento con la satisfacción de ir de vacaciones a la playa o las montañas, pero el apóstol escribió que no debemos estar ansiosos en ningún momento o circunstancia, porque tenemos la paz del Señor.

El contentamiento es el derecho natural del creyente. La paz es parte del fruto espiritual que viene a ser nuestro cuando ponemos nuestra fe en el Salvador (“ Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe”, Gá 5.22); es una serenidad interior que sobrepasa todo entendimiento (“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”, Fil 4.7). Jesús enfrentaba el conflicto con una sensación de calma interior, y gracias a que su Espíritu habita en nosotros, esa calma admirable también nos pertenece. Esto es importante, pues hay momentos en que enfrentaremos problemas que no tendrán solución terrenal. En situaciones así, aprendemos que no podemos hacer frente a las dificultades sin la ayuda de Cristo.

Esta es la otra cara de la moneda: “No hay paz para los malvados —dice el Señor” (Is 48.22). La sociedad moderna llama malvadas solo a las personas que cometen actos viles, pero la definición de Dios es mucho más amplia. Malvados son aquellos que rechazan el derecho que Dios tiene de perdonarlos y gobernar sus vidas. Si usted no cree en Cristo como Señor y Salvador, no podrá experimentar contentamiento real y duradero.

Cuando nacemos de nuevo (Jn 3.3-8), llegamos a ser hijos del Dios vivo y herederos legítimos de todo lo bueno que Él da. Esto incluye la profunda paz interior y el gozo que puede soportar cualquier prueba. ¿Qué podrá hacer el hombre a alguien que pertenece al Señor (“de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.”, He 13.6)?

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Ps. C. Stanley


Jn 3.3-8
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 

Pies de notas:
Juan 3:6 La misma palabra griega significa tanto viento como espíritu.
Juan 3:8 La misma palabra griega significa tanto viento como espíritu.

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