miércoles, 27 de enero de 2016

Miércoles: LA GRANDEZA DE DIOS: NUESTRA FUENTE DE CONSUELO (Salmo 89.1-10)

LA GRANDEZA DE DIOS: NUESTRA FUENTE DE CONSUELO

Salmo 89.1-10
1 Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.
2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad.
3 Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo:
4 Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generaciones. Selah
5 Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, Tu verdad también en la congregación de los santos.
6 Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
7 Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.
8 Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.
9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.

El sincero clamor de David pidiendo ayuda llena los Salmos. Sus oraciones eran una mezcla de peticiones y de adoración que recordaban la grandeza de Dios. Orar con el reconocimiento de los maravillosos atributos de Dios nos recuerda que Él tiene poder, sabiduría y compasión para suplir nuestras necesidades.
  • “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”  (Sal 139.7). Dios está presente en todas partes. No está limitado por el tiempo o el espacio, lo que significa que nunca hemos tomado un respiro fuera de su presencia. Incluso cuando nos sentimos solos o sin amigos, no lo estamos porque la presencia de Dios cubre al mundo.
  • “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito” (Sal 147.5). Dios lo sabe todo. Cuando nos arrodillamos para orar, Él ya está consciente de los sentimientos y de las necesidades que vamos a expresarle. Por eso, podemos estar seguros de que cuando le pidamos dirección, nos dará la guía clara si estamos sometidos a su voluntad.
  • “En el cual [Dios] no hay mudanza, ni sombra de variación” (Stg 1.17). El carácter de Dios es siempre el mismo. Puesto que Él será siempre fiel, confiable y misericordioso, podemos poner nuestra confianza en el Señor en cualquier circunstancia.
Cuando recordamos un atributo de Dios que responde a nuestra necesidad, hacemos del Señor el centro de nuestra oración. Cuando incluimos alabanzas en nuestras oraciones, terminamos pidiendo menos, adorando mejor y recibiendo más por haber puesto énfasis en lo realmente importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario