jueves, 21 de enero de 2016

Jueves: LA BENDICIÓN DE DAR (1 Timoteo 6.17-19)

LA BENDICIÓN DE DAR

1 Timoteo 6.17-19
17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas la s cosas en abundancia para que las disfrutemos.
18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos;
19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

Cuanto más entendido sea alguien en una actividad, más la disfrutará. Por ejemplo, si una orquesta toca una hermosa composición, un buen músico la disfrutará más que una persona que no tenga el oído entrenado. Puede sorprenderle saber que lo mismo sucede con el dar.

Dios tiene muchas razones para pedirnos que demos. Primero, al devolver una parte de nuestro dinero al Señor, estamos reconociendo que todo lo que tenemos le pertenece a Él ("Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados.", Sal 50.10). Segundo, dar es una manera de obedecer ("cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado.", Dt 16.17). Tercero, cuando damos para un ministerio o para ayudar a los necesitados, participamos en la obra del reino, lo cual es motivo de alegría. Cuarto, nuestra ofrenda le permite a Dios revelar su carácter; cuando mostramos generosidad, Él provee fielmente para nuestras necesidades y nos bendice con abundancia ("Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre ", 2 Co 9.8). El principio “no podemos superar a Dios en generosidad” es una gran verdad.

Pero dar involucra más que nuestro dinero. Dios nos ha bendecido con talentos, tiempo, recursos y numerosas oportunidades para compartir con los demás. Es importante confiar en la guía del Espíritu Santo; así sabremos qué, a quiénes y cuánto debemos dar.

Recuerde que el Señor nos da constantemente salvación, consuelo, aliento, respiración, vida e innumerables bendiciones más. Estamos en deuda con Él, y por eso debemos darle, no por obligación, sino por gratitud y alegría ("Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre ",2 Co 9.7). Pídale a Dios que le revele todo egoísmo o estorbo que le esté impidiendo dar —y que le ayude a ser un mejor dador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario