sábado, 23 de julio de 2016

Sábado: EL PROPÓSITO DE DIOS AL HABLARNOS (1 Corintios 2.9-14)

EL PROPÓSITO DE DIOS AL HABLARNOS

1 Corintios 2.9-14
9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.
10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

Cada vez que el Señor nos habla, va directamente al grano. No le da vueltas al asunto, nada de hablar solo por hablar. Dios siempre tiene algo específico que decir y su mensaje habla de manera directa a nuestras necesidades.

Por tanto, si el Señor tiene algo importante que decir, y si es vital para suplir una necesidad profunda en nuestra vida, tenemos que preguntarnos: ¿Cuál es el propósito fundamental de Dios al hablarme? ¿Qué quiere Él que yo haga?

Primero, Dios habla para que podamos comprender la verdad. Él quiere que entendamos su mensaje, y lo asimilemos profundamente en nuestro corazón y mente.

Segundo, Dios habla para que podamos ser conformados a la verdad. El simple conocimiento de los principios bíblicos no es suficiente; tenemos que aplicarlos a nuestras circunstancias y vivir con fe.

Tercero, Dios nos habla para que podamos comunicar la verdad. Si algo es verdadero, entonces también lo es para todo el mundo, en todas partes y todo el tiempo. Por tanto, no es suficiente escuchar los principios bíblicos y aplicarlos solo a nuestra vida; debemos también compartir con otros esa información transformadora de vida.

¿Cómo puede usted entender mejor la verdad bíblica? ¿Cómo puede aplicar más productivamente los principios de Dios a su vida? ¿Cómo puede compartirlos mejor con otros? El Señor nos hará responsables de nuestras respuestas. Ábrase a su mensaje hoy, y obedezca todo lo que el Espíritu Santo le diga.

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Ps. C. Stanley

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