Deuteronomio 7.8-10
8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.
9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. Dios es el Único que jamás defrauda. Desde el comienzo del tiempo, su Palabra se ha mantenido fiel. Cada profecía es una promesa que ha sido o será cumplida.
Tal vez las más grandiosas de estas profecías fueron las referentes al Mesías, cuya venida había anhelado el pueblo de Dios a lo largo de los siglos. Muchos profetas hablaron acerca del Ungido (2 S 7.12-16; "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.", Is 7.14; "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.", 9.6; "Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.", Dn 9.25; "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.", Mi 5.2). Aunque no hubo ninguna profecía más sobre este tema durante los cuatro siglos previos al nacimiento de Cristo, cuando llegó el tiempo señalado, Jesús vino para reconciliar a la humanidad con el Padre.
8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto.
9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones;
10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. Dios es el Único que jamás defrauda. Desde el comienzo del tiempo, su Palabra se ha mantenido fiel. Cada profecía es una promesa que ha sido o será cumplida.
Tal vez las más grandiosas de estas profecías fueron las referentes al Mesías, cuya venida había anhelado el pueblo de Dios a lo largo de los siglos. Muchos profetas hablaron acerca del Ungido (2 S 7.12-16; "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.", Is 7.14; "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.", 9.6; "Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.", Dn 9.25; "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.", Mi 5.2). Aunque no hubo ninguna profecía más sobre este tema durante los cuatro siglos previos al nacimiento de Cristo, cuando llegó el tiempo señalado, Jesús vino para reconciliar a la humanidad con el Padre.
12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;
15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.
16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;
15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.
16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
Seguramente la gente debió haberse preguntado si el Salvador vendría alguna vez. Después de todo, 400 años es mucho tiempo para esperar sin ninguna palabra. Pero, como lo demuestra la historia, Dios nunca incumple sus promesas. Él es fiable, aunque su cronograma sea diferente a nuestras expectativas.
Sabiendo esto, podemos leer con confianza las seguridades que se encuentran en las Escrituras. Por ejemplo, si creemos en Jesús como nuestro Señor y Salvador y decidimos obedecerle, la Biblia promete que seremos salvos. Podemos estar seguros de que hemos sido perdonados y redimidos. Es más, nada puede separarnos del amor de Dios (Ro 8.38, 39), y podemos confiar en que Él dará todo lo necesario para cumplir su propósito en nuestra vida.
Sabiendo esto, podemos leer con confianza las seguridades que se encuentran en las Escrituras. Por ejemplo, si creemos en Jesús como nuestro Señor y Salvador y decidimos obedecerle, la Biblia promete que seremos salvos. Podemos estar seguros de que hemos sido perdonados y redimidos. Es más, nada puede separarnos del amor de Dios (Ro 8.38, 39), y podemos confiar en que Él dará todo lo necesario para cumplir su propósito en nuestra vida.
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.Estos son solo tres promesas fundamentales; la Palabra de Dios contiene muchas más. Medite acerca de la fidelidad de Dios durante los tiempos bíblicos y en su propia vida, y entienda que Él también será fiel en el futuro.
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.Estos son solo tres promesas fundamentales; la Palabra de Dios contiene muchas más. Medite acerca de la fidelidad de Dios durante los tiempos bíblicos y en su propia vida, y entienda que Él también será fiel en el futuro.
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Ps. C. Stanley
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