¿PREOCUPADO? ¡INTENTE ALABAR A DIOS!
Salmo 34
1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.
2 En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
3 Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
5 Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
6 Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.
8 Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.
9 Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
11 Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré.
12 ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien?
13 Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño.
14 Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
15 Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16 La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17 Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.
18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
19 Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.
20 El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
21 Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados.
22 Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían.
Muchas emociones negativas acompañan las dificultades: frustración, desesperación, temores y dudas. Las personas dominadas por esos sentimientos suelen tomar malas decisiones. Es por eso que recomiendo que elijamos enfrentar los momentos de dificultad de la misma manera que lo hizo el pueblo de Israel: con alabanza. Aun en las horas más oscuras, adorar a Dios llena de gozo el corazón, y de paz la mente. Un creyente lleno de esa manera puede mantener su promesa de obedecer al Señor, pase lo que pase.
Adorar al Señor ensancha nuestra visión. Al hacerlo, comenzamos a ver su actividad en el mundo de maneras nuevas. Más concretamente, vemos lo que Dios está haciendo en nuestra situación, y notamos las áreas donde Él exige nuestra obediencia. Nuestra tendencia humana es buscar siempre la solución más fácil, pero al conformarnos con ello dejamos de crecer espiritualmente; además, de perder bendiciones por no seguir el plan del Señor.
Hacer una pausa para alabar al Señor puede apartar nuestra mente del camino fácil, y dirigirnos al camino correcto; es decir, al camino de la voluntad de Dios. Dar un paso adelante por fe puede ser aterrador, pero los creyentes podemos arriesgar confiadamente nuestro futuro a la fidelidad del Señor. ¡Él nunca ha defraudado a nadie!
Es difícil desesperarnos mientras alabamos al Señor por su amor y su poder. Podemos disipar las dudas recordando su fidelidad en el pasado y aliviar nuestra frustración encomendando en sus manos nuestros planes para el futuro. La alabanza no es la reacción obvia a las dificultades, sino la respuesta más acertada.
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Ps. C. Stanley
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