viernes, 25 de marzo de 2016

Viernes: LA MESA DE SANIDAD (Lucas 22.7-20)

LA MESA DE SANIDAD

Lucas 22.7-20
7 Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua.
8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.
9 Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?
10 El les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.
13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.
15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!
16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

Jesús sabía lo que estaba a punto de suceder. Sentía que la muerte y la oscuridad se cernían sobre Él, pero no se recluyó con el fin de prepararse para lo que vendría. Por el contrario, el Señor decidió pasar las horas finales con sus amigos alrededor de una mesa con pan, vino y valor espiritual . . . Jesús quería estar cerca de aquellos a quienes “amó hasta el fin” ("Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.", Juan 13.1).

El evangelista Lucas señala que el Señor y sus discípulos se reunieron en el aposento alto para celebrar la Pascua. Allí, tuvieron una comida conocida como el Séder (Passover), cuya liturgia y alimentos simbólicos recordaban cómo Dios había liberado a Israel de la esclavitud en Egipto, aplastado los ejércitos de Faraón, y cuidado de los antiguos esclavos en el desierto, hasta que llegaron a la tierra que Él les había preparado como hogar. En cada Pascua, las familias judías hasta hoy día cuentan la gran historia de la provisión y del rescate de Dios —un recordatorio de que Dios sigue estando con ellos, de que Él restaurará y sanará espiritualmente a su pueblo una vez más.


Jesús sentía que la muerte y la oscuridad se cernían sobre Él, y decidió pasar las horas finales con sus amigos.

Por eso, la comida de Jesús con sus discípulos contenía todos estos ecos de la historia de Israel, y avivaba de nuevo la fe de los suyos en la garantía de las promesas de Dios. En los días que vendrían después, esos hombres enfrentarían el abatimiento y la turbación. Heridos por el horror de la cruz, temblarían de miedo e indignación. Se aferrarían a la esperanza, a cualquier posibilidad de que la historia que Jesús había comenzado, aún no había terminado. Pero toda esta angustia estaba por venir. Por ahora, Jesús comía y bebía con sus discípulos, y trataba de explicar a sus desconcertados amigos cómo iba a derramar su cuerpo y su vida por la sanidad de ellos.

Al ofrecer esta copa y este pan partido, Jesús sabía que su muerte iba a cumplir lo que el profeta Isaías había anunciado —que serían necesarias sus heridas para que fuéramos curados ("Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.", Isaías 53.5). Aunque los discípulos no fueron capaces en ese momento de comprender el significado de sus palabras, nuestro Salvador presentó la promesa de morir y después resucitar de entre los muertos a favor de ellos, y de los que creamos en ella.

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