lunes, 29 de febrero de 2016

Lunes: IMAGINEMOS SU REGRESO (Hechos 1.9-11)

IMAGINEMOS SU REGRESO

Hechos 1.9-11
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

Las películas pueden ser tan fascinantes que somos fácilmente “transportados”, hasta que los créditos al final de ellas nos traen de nuevo a la vida real. Pero más maravilloso que cualquier película será lo que los cristianos experimentaremos cuando el Señor Jesús regrese.

Lo que escucharemos: El Señor Jesús “con voz de mando descenderá del cielo” (1 Ts 4.16). Quizás dirá algo parecido a las palabras que pronunció cuando resucitó a Lázaro: “¡Ven fuera!” (Jn 11.43). También se escuchará la voz del arcángel Miguel —el líder de las huestes celestiales— y el sonido de una trompeta celestial, llamando a los santos a congregarse.

Lo que veremos: El Señor descenderá del cielo para ser recibido en el aire por los creyentes muertos que resucitarán, y luego, poco después, por los cristianos que estén vivos (Hch 1.11).

Lo que sentiremos: Aunque es imposible saber exactamente cómo será la experiencia, podemos estar seguros de que será grandiosa. Físicamente, seremos transformados: a diferencia de nuestro cuerpo actual, nuestra nueva condición no será susceptible al dolor, pecado, enfermedad o muerte. En un instante, estaremos ante la presencia de nuestro Padre celestial para permanecer con Él por toda la eternidad.

No es difícil desanimarse por el materialismo, egoísmo y desmoralización de este mundo. Pero podemos tomar ánimo recordándonos unos a otros —y a nosotros mismos— el regreso del Señor ("Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.", 1 Ts 4.18). Por tanto, cuando las dificultades le agobien, piense en este maravilloso acontecimiento que habrá en su futuro. ¡Lo mejor está por llegar!

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