domingo, 28 de febrero de 2016

Domingo: LA ESPERANZA DEL REGRESO DE JESÚS (1 Tesalonicenses 4.13-18)

LA ESPERANZA DEL REGRESO DE JESÚS

1 Tesalonicenses 4.13-18
13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

A lo largo de la historia, la gente ha debatido qué sucederá después de la muerte. Este tema sigue siendo un misterio, pues los que mueren no pueden contar sus experiencias.

Pero la Palabra de Dios dice muchas realidades sobre la vida después de la muerte. En el pasaje de hoy, Pablo explica lo que les sucederá, después del regreso de Cristo, a los creyentes muertos y a los que estén viviendo todavía. Primero, Jesús descenderá del cielo de una manera muy parecida a su ascensión (Hch 1.11). Luego, Dios resucitará los cuerpos de los creyentes que hayan muerto. (Por supuesto, sabemos por 2 Corintios 5.8 que sus espíritus habrán estado con Jesús desde el momento de su muerte física). Luego, los cristianos que sigan estando vivos serán transformados; ascenderán para recibir a Cristo en el aire, y morarán con Él para siempre.

Aunque debemos esforzarnos por glorificar a Dios cada día, mientras estemos vivos es importante estar conscientes de los acontecimientos futuros. La razón está en 1 Tesalonicenses 4.13: “Para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”. En efecto, según el v. 18, debemos alentarnos unos a otros sabiendo lo que sucederá cuando el Señor Jesús regrese. Por saber lo que se sufre en esta vida por las tragedias, muertes y enfermedades, Dios nos da un atisbo del maravilloso futuro que nos tiene reservado.

¡Qué Dios tan amoroso tenemos! Él comprende nuestros dolores y nos da esperanza, consuelo y fortaleza para soportar las aflicciones de la vida. Lea de nuevo el pasaje, pero esta vez cambiando las palabras “de los que mueren” por el nombre de un creyente que esté muerto y al que usted haya amado, y deléitese en la esperanza que Dios nos ha dado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario