martes, 6 de septiembre de 2016

Martes: EL CAMINO DE LA FE (Génesis 12)

 EL CAMINO DE LA FE
12  Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
4 Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.
5 Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.
6 Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.
7 Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
8 Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.
9 Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.
10 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.
11 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto;
12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida.
13 Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.
14 Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera.
15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón.
16 E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.
17 Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.
18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?
19 ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete.
20 Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.

La fe es el fundamento de nuestra vida cristiana. Hebreos 11.1 nos da la definición bíblica de este término: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”.

La fe verdadera es más que algo que expresamos verbalmente; es un camino que recorremos. A lo largo de la vida, nuestro Padre celestial nos lleva en un viaje, permitiéndonos experimentar una relación verdadera con Él en cada circunstancia.

El pasaje de hoy explica que Dios tiene un propósito para todo lo que nos sucede. El Señor prometió a Abraham que sus descendientes serían tan numerosos como las estrellas en el cielo (“Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.”, Gn 15.5). Después guió a su siervo a obedecer varias órdenes, entre ellas, dejar su tierra. A Abraham no se le hizo saber los detalles de ese plan.

Ahora sabemos que él fue el padre del pueblo hebreo, y que entre su linaje estuvo el Salvador de la humanidad. Aunque el patriarca no siempre fue obediente, sí confió en el propósito supremo de Dios.

Nosotros, también, podemos saber con certeza que el Señor está entretejiendo un plan hermoso. Él no está obligado a explicar sus razones ni a revelar cada detalle. Lo que hace es mostrarnos el paso que debemos dar (“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.”, Sal 119.105), y es nuestra responsabilidad obedecer, incluso cuando no parezca tener sentido.
 
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Ps. C. Stanley

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