miércoles, 15 de junio de 2016

Miércoles: DIOS TIENE EL CONTROL (Marcos 9.17-27)

DIOS TIENE EL CONTROL

Marcos 9.17-27
17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,
18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron.
19 Y respondiendo él, les dijo: !!Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo.
20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño.
22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.
27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó.
En el pasaje de hoy, un padre le lleva al Señor su hijo poseído por un demonio. Nada es más importante para este padre que ver a su hijo sano, y cree que Jesús tiene el poder para hacerlo.

Cuando, por fin, llega a Jesús, el padre experimenta una ligera vacilación en su fe. Le pide: “Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”(Mr 9.22). Jesús, sintiendo la duda sutil del hombre, responde: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mr 9.23).

Sin vacilar, el padre se da cuenta de la disparidad entre sus palabras y su acción, y clama: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Mr 9.24). ¡Qué extraña declaración! ¿Tenía fe o no este hombre?

Cuando analizamos más, nos damos cuenta de que este padre estaba clamando al Señor con toda honestidad. Sabía que no tenía sentido intentar “inflar” su fe delante de Jesús. Reconoce humildemente que, aunque cree en el poder salvador de Jesús, algunas cosas —tales como su preocupación por su hijo— pueden obstaculizar su fe en Dios.
El Señor es soberano sobre todas las cosas ("Jehová estableció en los cielos su trono,Y su reino domina sobre todos", Sal 103.19). ¿Cree usted que Él tiene el poder de cambiar su vida? ¿Permite que las influencias externas afecten su confianza en Jesucristo? Si es así, sea honesto con Dios en cuanto a su fe fluctuante, pero recuerde siempre que el poder de Dios no fluctúa con nuestra confianza en Él. No importa cómo nos sintamos, Dios tiene siempre el control.

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Ps. C. Stanley 

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