jueves, 16 de junio de 2016

Jueves: ES BUENO SER AFLIGIDOS (Salmo 119.71-76)

ES BUENO SER AFLIGIDOS
Salmo 119.71-76
71 Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.
72 Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro y plata.
73 Tus manos me hicieron y me formaron; Hazme entender, y aprenderé tus mandamientos.
74 Los que te temen me verán, y se alegrarán, Porque en tu palabra he esperado.
75 Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
76 Sea ahora tu misericordia para consolarme, Conforme a lo que has dicho a tu siervo.

David se regocijaba en la aflicción porque las pruebas le permitían conocer más a Dios. Las lecciones de constancia, gracia y provisión del Señor eran más valiosas para él que el dinero. Además, el corazón y el espíritu de David se enriquecían, también.

La aflicción actúa como un fertilizante espiritual en la fe del creyente. Analice la búsqueda radical del Señor que David desarrolló mientras huía de un rey asesino. Los años transcurridos entre su victoria sobre Goliat y su ascensión al trono fueron físicamente exigentes y emocionalmente agotadores. Pero los problemas hicieron del futuro rey un líder sabio, un guerrero astuto y un siervo humilde de Dios.

Los salmos de David revelan que sus luchas le enseñaron la dependencia en Dios (Sal 4), la perseverancia (Sal 13) y muchas otras valiosas cualidades espirituales. El Señor también lo confortaba mientras ensanchaba la fe del guerrero y poeta ("Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.", Sal 86.17). Tal y como Dios lo dispuso, las palabras de David nos ofrecen consuelo cuando pasamos por momentos de sufrimiento.

Dios moldea a sus hijos por medio de la aflicción para convertirlos en dadores de consuelo ("el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.", 2 Co 1.4). El mensaje que ofrecemos es el que aprendimos en nuestras pruebas: Que Dios es al Único que necesitamos. Él puede satisfacer las necesidades cuando el foso sea profundo, los obstáculos gigantes o el sufrimiento prolongado.

Segunda a los Corintios 2.14 nos dice que los creyentes son un olor grato en el mundo ("Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.", 2 Co. 2.14). A quienes Dios lleva al triunfo sobre la aflicción, se convierten en la fragancia de su cuidado. Llevamos ánimo y alivio a los que sufren, y el mensaje del amor de Cristo.

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Ps. C. Stanley

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