domingo, 8 de noviembre de 2015

Domingo: LOS PASOS DE OBEDIENCIA (Juan 14.3, 15-17)

LOS PASOS DE OBEDIENCIA

Juan 14.3, 15-17
3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Cuando estudiábamos ayer la necesidad de aumentar nuestra confianza en Dios, fuimos desafiados a hacer de la espera en Él parte de nuestra vida cotidiana. Hoy veremos tres cualidades más que son esenciales.

Meditar. Si queremos saber qué piensa Dios, tenemos que meditar en su Palabra. No tenemos necesidad de buscar los versículos bíblicos “correctos” para poder conocer la voluntad del Señor. Él tiene el poder para darnos dirección mediante cualquier pasaje. A nosotros nos corresponde buscar conocimiento por medio de la Palabra, durante un período de tiempo prolongado.

Escuchar. Aprenda a escuchar el silencioso impulso del Espíritu Santo, quien es nuestro Ayudador. La Palabra de Dios es el principal recurso que utiliza el Espíritu Santo. Si estamos estudiando un pasaje de la Biblia, Él nos iluminará la mente para que podamos comprender la manera en que nos está dirigiendo. O traerá a nuestra memoria un pasaje para ayudarnos a entender cómo se aplica a nuestra situación.

Ir. La lección final que debemos aprender acerca de la obediencia es que a veces debemos ir, aunque el camino no sea claro. Abraham es un buen ejemplo de esto. Dios le dijo que se marchara de su tierra, pero no le especificó el destino. Abraham obedeció por fe ("Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.", He 11.8). Podemos obedecer sin tener que saberlo todo, porque Dios se hace responsable de las consecuencias. Nuestra única responsabilidad es obedecer. ¡Esa es una buena noticia!

Al llegar al final de nuestra lección, ¿de qué aspecto le está pidiendo Dios que se ocupe primero: confiar, esperar, meditar, escuchar o ir?



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